martes, 6 de abril de 2010

La Metamorfosis - conclusión


Esta obra nos pone ante los ojos de forma sobrecogedora la necesidad de fundar relaciones personales con quienes nos rodean y que nos permitan desarrollarnos normalmente y ganar autoestima, sobre todo entre la familia.
Todo escrito es en cierta medida autobiográfico. Kafka reconoció explícitamente la relación entre La metamorfosis y su propia vida. Cuando a Kafka se le planteó esta posibilidad, éste replicó: " no se trata de un criptograma. Samsa no es por entero Kafka. La metamorfosis no es una confesión, aunque sea, en cierto sentido, una indiscreción".
Así pues podemos hablar de Gregorio Samsa como un reflejo o proyección de Kafka y su familia. Tanto Gregorio como Kafka carecen de relaciones entre sus allegados. En realidad, lo importante, es que la relación entre el padre de Kafka y el autor es deprimente y deja mucho que desear, debido a que Kafka, con todos sus temores y confusiones, no llega a consumar una posición económica que valga la pena así logró su padre. Por lo tanto se conjuntó en una situación de reproches y menosprecios que reflejan en el repudio que se desarrolla en La metamorfosis con Gregorio Samsa y su familia.
Consecuentemente, tanto Gregorio Samsa como Kafka representan la incapacidad de mostrar su temor hacia los demás y volverlo contra sí mismo. Lo único que recibían de sus familias era una retroalimentación negativa que los llevó hacia la destrucción. Así pues estamos hablando de una incomprensión llevada hasta un punto hiperbólico.
De esta manera podemos concluir que la historia no se trata sólo de una historia de un hombre mutante, sino se trata de la soledad y la incomprensión de las personas. Todo el libro es una gran metáfora de ello, y por eso, porque toda persona alguna vez se ha sentido así ante su entorno, es por lo que su lectura te llega a traspasar el alma y te crea un estado de turbación absoluto. La coraza de Gregorio es aquella que más de una vez todos nos ponemos. Es algo demasiado humano para sentirnos indiferentes.
Finalmente se deduce que uno como lector debe crear su propia interpretación, eso sí, atendiendo a ciertas claves que el mismo escritor dejó impresas entre la propia historia y que pueden ayudar a entender y comprender. Una vez hayamos llegado al corazón de la obra nos daremos cuenta de que ésta va creando en el lector una sensación de angustia y de incomprensión de su narración.

lunes, 5 de abril de 2010

Biografía de Frank Kafka


(Praga,1883 - kierling, Austria,1924)
Escritor checo en lengua alemana. Nacido en el ceno de una familia de comerciantes judíos, Frank kafka se formó en un ambiente cultural alemán, y se doctoró en derecho. Pronto empezó a interesarse por la mística y la religión judía, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo.
Su proyecto de emigrar a Palestina se vio frustrado en 1917 al padecer los primeros síntomas de tuberculosis, que sería la causante de su muerte. A pesar de su enfermedad, de la hostilidad manifiesta de su familia hacia su vocación literaria, de sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y de su empleo de burócrata en una compañía de seguros de Praga, Frank Kafka se dedicó intensamente a la literatura.
Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad expresa, pues ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos, constituye una de las cumbres de la literatura alemana y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX.
En la línea de la escuela de Praga, de la que es miembro más destacado, la escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños, que describe paradójicamente con un realismo minucioso, ya se halla presente en su primera novela corta, Descripción de una lucha , que apareció parcialmente en la revista Hyperion, que dirigía Franz Blei.
En 1913, el director Rowohlt accedió a publicar su primer libro, Meditaciones, que reunía extractos de su diario personal, pequeños fragmentos en prosa de una inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. Sin embargo, el libro pasó desapercibido; los siguientes tampoco obtendrían ningún éxito, fuera de un círculo íntimo de amigos y admiradores incondicionales.
El estallido de la Primera guerra Mundial y el fracaso de un noviazgo en el que había depositado todas sus esperanzas señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica. Entre 1913 y 1919 Frank Kafka escribió El proceso, La metamorfosis y La condena y publicó El chófer, que incorporaría más adelante a su novela América, En la colona penitenciaria y el volumen de relatos Un médico rural.
En 1920 abandonó su empleo, ingresó en un sanatorio, y poco tiempo después, se estableció en una casa de campo en la que escribió El castillo; al año siguiente Kafka conoció a la escritora checa Milena Jesenska-Pollak, con la que mantuvo un breve romance y una abundante correspondencia, no publicada hasta 1952. El último año de su vida encontró en otra mujer, Dora Dymant, el gran amor que había anhelado siempre, y que le devolvió brevemente la esperanza.
La existencia atribulada y angustiosa de Kafka se refleja en el pensamiento irónico que impregna su obra, que describe, en un estilo que va desde lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más escrito, trayectorias de las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Sus personajes, designados frecuentemente con una idea (Joseph K o simplemente K), son zarandeados y amenazados por instancias ocultas. Así, el protagonista de El proceso no llegará a conocer el motivo de su condena a muerte,y el agrimesor de El castillo buscará en vano el rostro del aparto burocrático en el que pretende integrarse.
Los elementos fantásticos o absurdos, como la transformación en escarabajo en escarabajo del viajante de comercio Gregor Samsa en La metamorfosis, introducen en la realidad más cotidiana aquella distorsión que permite desvelar su propia y más profunda inconsistencia, un método que se ha llegado a considerar como una especial y literaria reducción a lo absurdo. Su originalidad irreductible y el inmenso valor literario de su obra le han valido a posterior una posición privilegiada, casi mítica, en la literatura contemporánea.